
En el Primer Vagón del Tren. Parte II
Durante este recorrido en tren, puedo ver una campiña esmeralda con siembras infinitas de girasoles… La tonalidad oro de tantos tesoros que brotan al unísono, me hace experimentar como cada flor es una inspiración Divina que segrega semillas que vuelan y se incrustan en la matriz de la tierra.
Viajo en el vagón del Amor y al entrar en contacto con mis sentimientos ante esta siembra espléndida de girasoles, conecto con la semilla que soy y me adentro al espacio sagrado donde me provee el vientre de mamá, de cada nutriente para germinar. ¡Cuanto Amor nos funde en la matriz tibia que Dios nos obsequia, para desarrollarnos en esta perfección…!
Aquí estoy y es precisamente en este asiento donde viajo ahora, en el que experimento mi viaje hacia el útero de mi primer existir y mientras soy puro corazón latiendo, todo es una obra Maestra. Veo como late mi Vida, adentro de su Vida, y como mi pulsación mora adentro de este lugar tibio y pleno donde Soy.
En este viaje entro al silencio sin historias, soy energía y latido y aquí desde este lugar mágico me conecto con todo lo que Es corazón, porque Soy puro corazón. Lato con el manantial de la Vida al unísono, como con cada gota del mar; con la flor y la abeja; con las estrellas y el Universo, como con el viento y con cada trazo perfecto de Dios, me fusiono con toda la Creación perfecta que Soy.
Aquí no hay mente porque todavía mi cerebro no se forma, ni hay historias que afuera se inventan y se cuentan una y otra vez, pues todo lo que recojo es la vibración de Amor. Ningún juicio de valor que separa y fragmenta, ninguna ilusión, se acerca a lo que Soy, pues dicha energía no forma parte del gran Amor que mamá al incubarme en su vientre me obsequia. Soy el corazón de la Creación del cual parte mi Vida, únicamente eso Soy.
Las cosas por las que se preocupan afuera, los juicios de valor, deseos, necesidades y expectativas, son inexistentes en mi existir ahora que empiezan a formarse mis piernas y mis brazos; como el cerebro que emana del espacio sagrado del corazón que Soy. Me vivo en el vagón donde todo lo que Soy, es puro corazón.
En este estado no hay sujeto ni objeto, un yo ni un tú, un mío ni un tuyo, o un yo separado, rememoro a la Naturaleza esencial que me constituye, que es la misma que la del universo entero. No existe distancia entre la luz que Soy y la de la estrella más lejana y paradójicamente, esta directa experiencia de unidad y de Ser corazón, empieza a pulsar para nacer y al salir de la amada matriz de mamá, debo grabar en cada una de mis células, que ahora que me diferencio, Soy puro corazón y esta es mi conexión vital que he de preservar para Ser la unidad con todo corazón.
Y en este vagón del tren de la Vida, agradezco conectar con mi bendita madre y el Amor se expande para bendecirla por darme de su célula viva y palpitante ese ambiente de donde parte mi existencia. Soy corazón, y no he de olvidarlo nunca… ni inventar diferencias, ni juicios, ni divisiones, pues mi gran familia posee un corazón Divino que pulsa al unísono con el universo Dios, por ende, con lo que Yo Soy.