Ven, Dios…

Qué si te quiero,
¿cómo no hacerlo?
si eres los universos…

lo que respiro,
y todo lo que veo.
¡Lo que vivo y lo que siento!

Eres la inmensidad…
Tan grande y tan sutil,
el astro y la flor.

¿Cómo no amarte?
Dejar de hacerlo,
sería no afirmarme.

O mas bien, sería negar
al todo que me abraza,
a las caricias plenas que me das.

Ven, Dios…
Ámame e inúndame
de Ti.

¿Qué más puedo pedir?
Si eres el infinito
y el edén de mi Ser

Contigo yo me baño
y me sumerjo en tu mar
de espuma y de sal.

De luna y sol,
de cielo azul,
de eternidad…

Amándonos…

Caminando en la arena,
mi huella lega con suavidad
el paso que me devela…

La mar calma mi andar,
mientras la espuma me tinta
de la blancura de su sal.

Brisa entre la cual
las gaviotas se deslizan.
Marea que viene y va.

Ola fuerte que se aleja
para desnudar,
al arrecife de coral…

Rocas que salieron
de la boca de un volcán,
para amalgamar

a la guardería marina,
donde minúsculos peces
despiertan sutilmente a la vida.

Caminar entre la arena,
es encontrar a conchas
y estrellas, que se asolean.

Es recoger al caracol
y escuchar en su interior,
la sinfonía de un océano.

Sostener al caracol,
es comprender que somos él,
y que cada paso

dejará la grabación de nuestros actos…
Caminar en este carapacho,
es la oportunidad para amarnos.

Agua nuestra…

Gota de agua
que contienes
las bendiciones
para que yo,
un caminante
de la Tierra
comprenda
que en ti,
mora mi existencia.

Manantial diáfano,
sereno y fresco,
vivificante…
Regalo para mí,
y para cada
peregrino que
llega a calmar
la sed, de la sequía
que se avecina.

Agua mía,
tuya, y de cada Ser
que mora en el planeta.
Sin costo alguno,
porque la Vida
que eres,
no se ha de comprar
para explotarte
sin consciencia.

Agua nuestra,
tu transparencia
no es compatible
con la miseria.
Tu composición
sanadora,
jamás ha de ser
posesión
para enriquecer

a una parcela
que te roba.
Agua que venden
ahora,
con el sello
de purificadora.
Vertiente sagrada
que naces,
para fertilizar

a la Vida.
Agua viva,
creada para todos…
Gota fresca,
Creación que humecta
en equilibrio,
a cada Ser,
que con respeto
llega a ti.

El despertar hace poesía…

Despierto, y las olas suaves

de la Vida me acarician…

El canto alegre del dichoso fui

sutilmente abre mis sentidos

a este maravilloso y nuevo día,

donde la brisa matutina

juega con el abrir y cerrar

de las alas de la mariposa.

Azul como ella es este cielo

que se abre. Mientras el mar

se fusiona con la acuarela

viva, de este pincel,

con el que La Creación

inventa el poema que salpica,

de la ola tierna que juguetea

con mis huellas…

Danza la vida matutina,

y en su bella sinfonía

el Sol entibia la nota que ayer,

parecería un tanto fría…

Mientras la floración amarilla

tinta de Luz el acantilado

que se eleva, para saludar

al océano, donde me sumerjo ahora…

Alabada Tu Presencia…

Llama de la Vida,

corazón puro

que transmuta

lo que tocas…

Luz del mundo

y de los planos

donde el Amor

nos abraza.

Luminaria bendita,

ilumina el camino

para que pueda mirar

y seguir el sendero

que nos muestra

la verdad y la Paz.

Cristo Jesús,

Se Nuestro Guía.

Aproxímame

a tu hoguera,

para que pueda

incinerar a mi ego,

y vivirte en cada paso.

Gracias, Cristo,

por Ser el Cielo

e invitarnos a Él.

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Ahora…

Si tan solo
fuese ahora,
te viviría
plena…

Sin dilatar
esta sonrisa,
que es una
delicia.

Sí,
así me reiría
y jugaría
con mi vida.

La seriedad
se iría
y tu y yo,
vida…

jajaja,
inventariamos
a la espontaneidad,
¡Qué delicia!

Sin pensar
un día más…

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Ámalo…

Mira,
que al ver
allí está
como ayer,
no se ha ido
jamás de ti…

Mira,
solo que
no intentes
verla
comparándola.
En el ayer

fue semilla,
ahora es fruta
que cuelga
de la vid…
Gózala,
es la vida en ti.

Así, tal cual.
Su dulzor
se desprende
para que
en el ahora
la vivas.

Gózala…
que la vida
canta,
abraza y es
la oportunidad
perfecta,

para que
agradezcas
y saborees
su esencia.
Vivete,
y acepta

al fruto
que has
sembrado.
Y si deseas
abonarlo,
ámalo.

Llueve…

Ayer, la sequía
abría en la piel
de la tierra
la resequedad
que empezaba
a supurar…

La grieta
era profunda.
Su dimensión
la sufría
la cría,
que recibía

los rayos
de un sol,
que sin árboles
se sentía
arder
antes de caminar.

El río
antes caudaloso
apenas era
un hilo,
que succionaba
su matriz…

Ahora Tlaloc
ha bajado,
frescamente
a deleitarnos…
Llueve,
y aquel desierto

que antes
agrietado,
recibe a la gota
bendita
que le baña
y trae la esperanza

que acaricia
a la semilla…
En el campo
ahora hay danzas
que son
sagradas.

El campesino
se ha quitado
el sombrero
y baja la sien
con gratitud,
ante este milagro.

Los niños
han sacado,
lo recipientes
donde se guarda
la pureza
que del cielo

ha bajado.
Agua clara,
pura y natural,
que Yum Kaax
y nosotros,
hemos de honrar…

Para mamá…

Desde tu vientre
rememoro
el caudal de Luz
que somos…

Tu corazón
eleva mi frecuencia.
Sincronía perfecta
donde dos almas

que parecen estrellas
se refractan,
en el reflejo sutil
del Amor…

Obsequio puro
que el Universo
me entrega,
para que te bendiga.

Madre abnegada
que me aproximas
tan de cerca
a lo que el cielo es.

Gracias mami,
desde la Tierra
hasta donde
te encuentres…

Subo un instante
para besarte,
por ser tú,
por siempre, mamá.

En mi cumpleaños…

Gracias a la Vida,
porque al nacer me lacta
con el Amor puro de mamá.

Gracias a la Vida
por regalarme a la ternura
y alegría en papá.

Por recibirme en un planeta
donde el mar y su sal,
me envuelven y llevan

al misterio que se devela
en cada puerto, donde
vivo mi travesía…

A la gaviota que me enseña
que es sin peso,
la vida libre que he de vivir.

Gracias a la Vida,
quien con su prosa y poesía
me enseña el gran misterio

de sentir y Ser
la Naturaleza a flor de piel…
A mis hermanos,

con quienes juego y aprendo.
Al árbol de la Vida,
por legarme la bendición

que se incrusta en el alma misma.
Gracias a cada paso que ando,
al camino recorrido

y al horizonte que se devela
tras el arco iris que me obsequia
el rayo azul y diamantino.

Gracias por los milagros
que brotan del Amor:
Mis hijos.

Por dibujarlos con el pincel
que pinta el corazón.
Gracias a Daniela y a las flores.

Al manantial que canta,
y al avecilla que me visita
en cada amanecer.

Al aire que respiro y al bosque,
a los Ángeles y Arcángeles
que me asisten.

A Jesucristo, por legar
el aprendizaje en humildad
que he de aprender, para vivir.

A la luna y al sol,
por ser la conjunción
del misterio y la iluminación.

A ti, por encontrarte en el camino.
A cada elemental. A cada sombra.
A la Luz que ilumina mi sendero.

Al botón que se abre ahora,
para Ser mi obra.
A Dios, sí. Al Dios dador.

Grande y sencillo. Sin castigos…
Al Gran Espíritu del Universo
que nos Ama y abraza.

A mí, por Ser quien elijo Ser.
A mi Niña Interior
por conquistarme con su Amor.

Por sus lágrimas y sonrisas.
Porque encuentra en lo sencillo
al verdadero espíritu que Soy.

Gracias a la Vida
y al ramo de bellas flores
que el Universo me regala hoy…