Quiero…

Dibujar el prado
color esmeralda
donde la niñez
se envuelva,
para caer
dulcemente
sobre una suave alfombra,

y al hacerlo,
encontrar una margarita
quien con su cara
amarilla,
ondule su melena
tan blanca como
la nieve…

en plena primavera.
Deseo que ella y la niñez,
retocen y gocen
frente a la mirada
llana de un mundo
que les arrulle,
y cuide como las joyas

que ambas son…
Quiero sumergirme
en el manantial
de agua clara,
donde su transparencia
sea respetada
y honrada.

Caminar descalza,
sin tener que…
Sin reglas que se inventan
para adormecer
a la Consciencia
de la Natuaraleza esencial
que nos besa.

Quiero diagramar
la eterna sonrisa
del alma misma,
e incrustarla en la cara adulta,
para que simplemente
ría y sea el faro
que ilumina a la niña

que recién nacida,
ahora ya camina…
Quiero dibujar un abrazo
tan grande que
pueda abrazar a Dios,
en cada hermano,
sin ninguna distinción.

… y que sea su ternura,
la esencia que se cultiva
en la Tierra. La que nutre,
a la semilla que germina
y que retoza jugando
a ser mamá, imitando
sus conductas…

Quiero trazar el aula,
donde sin rigidez se enseñe
a cada alumno,
el valor para Ser él mismo.
Retirar la comparación,
y el molde que encajona
sin hacer excepción.

Quiero pedirle a Dios,
que nos ayude a ver,
a sentir, a vivir la desnudez
de una mentira,
que se infiltra en la creencia
de la niña, sin respetar
su potencial de Luz.

Mas bien, quiero que
sea la pureza de ella,
la que dirija el destino
de la Tierra. Pedirle que,
nos invite a jugar
este bendito presente,
tan bien como lo hace ella.

Quiero maravillarme
ante cada suspiro de la Vida.
Ir tras el arco iris,
seguir el halo de una estrella,
o el camino de la hormiga
fluyendo con el latido
del corazón que palpita…

Quiero volver a Ser.

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