Shambhala
Hoy te vi,
sin haberte mirado.
Caminé de tu mano
sin tocarte,
reías, sin reir…
más eras tú, lo sé,
por que el viento
me lo develó
entre mis manos
y tus caricias me elevaron.
Hoy te escuché,
hablabas sin verbalizar.
Eras, como la fantasía
hecha verdad.
Besabas, sin besar…
Príncipe de mis sueños,
que caes de los cielos.
¿Fantasía o verdad?
No lo sé…
Misterio que me invita
a develarte en mi poesía…
Esbelto, aventurero,
sereno, mi amado marinero.
O pueda que quizás, soldado
de las cruzadas por la Paz.
Dorada estrella
la que yergue entre tu pecho.
Azul la tinta
que derramas en la prosa
donde la vida es cual si un sueño.
Respiras… y ahora te aproximas.
Declamas y al escucharte
surge la sutileza de tu alma.
Marinero que vives
y te esfumas entre la bruma.
Fantasía singular,
que es tan real…
Una verdad que me invita a besar,
vamos al viaje de los sueños,
bailemos este vals.
Ven, cerremos la mirada
para que sea de verdad…
Vivamos un beso existencial
que vibre y que se expanda
más allá del inmenso universo.
Príncipe de mis sueños,
¿Duermes aún?
Despierta, que la Vida
es una fiesta…
Hagamos una travesía
para besar al mundo entero
y llenarlo del Amor verdadero.
Dejemos impresa a la gratitud
en el bosque y en la flor,
en la colmena donde la reina abeja
deposita gota a gota a la vida
que edifica…
Dejemos esa huella bendita
en el camino, donde la risa
abra las venas dormidas de la Tierra.
Ven, príncipe. Sal del castillo azul,
sal a la Luz, para que te pueda palpar…
Trae a Lucero, para que galope y
viajemos juntos hacia la eternidad,
donde los sueños son verdad…