La Nueva Tierra…
El velo del telón
se abre, develando
al Amor de Dios…
Manantial de agua,
poesía celestial
al Amor Universal.
Canta la Vida,
mientras la niña
retoza, se enreda…
y enhebra a la cometa
entre el viento,
con quien da vueltas.
Sube al cielo
y cuando baja, encuentra
el abrazo que la espera.
¡Risas frescas!
La Vida es una fiesta…
de malabares y piruetas.
La niñez que despierta,
alegremente nos enseña
un prendedor de estrellas.
Bella, la brisa marina…
el caracol se abre y nos devela,
el secreto de Poseidón.
Surgen el delfín y la sirena,
mientras la arena gira sin parar
hasta que de ella surge esta perla.
Encanto celestial…
Bella es la Tierra, el cielo,
el mar… la Vida que Él nos da.
Cae la lluvia, mientras la comparsa
de las ranas se agudiza
y entona un canto que me fascina.
Se abre el botón de azahar,
y surge el naranjal…
Gardenias que nos besan,
entre las hortensias…
Grutas de cuarzo rosa,
gaviotas y vuelo de mariposas.
Bosques que nos perfuman,
y ramas entre las cuales,
la ardilla saltarina goza.
¡Bello mi hogar!
Su techo cambia de color…
a veces es el sol
y cuando no,
muestra a la osa mayor.
Bendita Su Creación llena de Amor.
Peregrinos que caminan,
siembras que a veces con espinas
planta la humanidad
que ha de reivindicar…
Guiones que ha escrito
con gritos; sin poesía.
Violencia cruda,
escenas que desentonan
con esta Tierra santa…
noble, buena, sabia,
quieta, dulce, abundante y maravillosa.
Parcelas que hemos de resembrar
con la miel que emana
del palpitar
de la fuente sagrada.
Nueva la Humanidad,
que toma entre sus pasos
la semilla dorada,
de la cual brotará la hermandad.
Semillas que no albergan
ni odio, ni violencia, ni rencor…
Semillas de perdón, de aceptación,
que toma entre sus manos
el labrador que escucha a Dios.
Nueva la Tierra…
La opción: el Amor sin condición
que hará brotar al árbol de la Vida.
Nuevo, fresco, con brillo y esplendor,
donde tu, yo y ellos, seremos
la cosecha de un mundo mejor.
Bella la Tierra. Bello tu gesto de perdón.
La gratitud abierta es la nueva flor
y la Paz plena, la conquista que vivifica al corazón.