Para ti, papi…
Con mis manos dibujé
una linda cometa…
Al extraerla del papel,
fui viendo su silueta.
Es preciosa… muy alegre
y tan dispuesta.
Deseosa está de volar,
al más allá…
¿Adónde quieres ir?,
quise saber.
Y ella, con su dulce mirar
me respondió:
a un lugar muy especial,
donde el Amor
es suficientemente grande,
para no decrecer jamás.
A ver, déjame sentir y pensar…
le respondí.
Y rápidamente llegó a mi,
un destino tan sutil.
¿Puedo pedirte algo?
y ella sonriente dijo un sí.
Deseo enviarle a alguien,
esta carta.
¿Puedo pegarla en tu cola?
la ataré muy bien,
le pondré este chocolate
y la sellaré con un beso interminable.
Claro que sí…
¿Pero, adónde me dirigiré?
Volarás tres días Tierra,
y unos segundos fuera de órbita.
Dirás: “abracadabra…”
y un mago te dirigirá,
adonde habita un Ser muy jovial.
Él es maravilloso y tan dulce,
además de juguetón.
Tierno, honesto y sabio,
guapo, sereno y sincero,
y amoroso como pocos…
Si es todo lo que dices,
me dará gusto conocerle.
Y si es todo eso, le preguntaré
si puedo quedarme con él.
… entonces, creo que lo harás,
sin duda que te quedarás.
¿Cuál es su nombre, para preguntar?
Sólo di que buscas a papá…
¡Buen viaje, creación de mi corazón!
Abraza a mi padre
y dile que le mando este chocolate
rememorando
los dulces momentos que vivimos juntos.
Dile que en la Tierra,
es el día del padre
y que él ha sido y será el mejor de los papás.