Para mamá…

Desde tu vientre
rememoro
el caudal de Luz
que somos…

Tu corazón
eleva mi frecuencia.
Sincronía perfecta
donde dos almas

que parecen estrellas
se refractan,
en el reflejo sutil
del Amor…

Obsequio puro
que el Universo
me entrega,
para que te bendiga.

Madre abnegada
que me aproximas
tan de cerca
a lo que el cielo es.

Gracias mami,
desde la Tierra
hasta donde
te encuentres…

Subo un instante
para besarte,
por ser tú,
por siempre, mamá.

En mi cumpleaños…

Gracias a la Vida,
porque al nacer me lacta
con el Amor puro de mamá.

Gracias a la Vida
por regalarme a la ternura
y alegría en papá.

Por recibirme en un planeta
donde el mar y su sal,
me envuelven y llevan

al misterio que se devela
en cada puerto, donde
vivo mi travesía…

A la gaviota que me enseña
que es sin peso,
la vida libre que he de vivir.

Gracias a la Vida,
quien con su prosa y poesía
me enseña el gran misterio

de sentir y Ser
la Naturaleza a flor de piel…
A mis hermanos,

con quienes juego y aprendo.
Al árbol de la Vida,
por legarme la bendición

que se incrusta en el alma misma.
Gracias a cada paso que ando,
al camino recorrido

y al horizonte que se devela
tras el arco iris que me obsequia
el rayo azul y diamantino.

Gracias por los milagros
que brotan del Amor:
Mis hijos.

Por dibujarlos con el pincel
que pinta el corazón.
Gracias a Daniela y a las flores.

Al manantial que canta,
y al avecilla que me visita
en cada amanecer.

Al aire que respiro y al bosque,
a los Ángeles y Arcángeles
que me asisten.

A Jesucristo, por legar
el aprendizaje en humildad
que he de aprender, para vivir.

A la luna y al sol,
por ser la conjunción
del misterio y la iluminación.

A ti, por encontrarte en el camino.
A cada elemental. A cada sombra.
A la Luz que ilumina mi sendero.

Al botón que se abre ahora,
para Ser mi obra.
A Dios, sí. Al Dios dador.

Grande y sencillo. Sin castigos…
Al Gran Espíritu del Universo
que nos Ama y abraza.

A mí, por Ser quien elijo Ser.
A mi Niña Interior
por conquistarme con su Amor.

Por sus lágrimas y sonrisas.
Porque encuentra en lo sencillo
al verdadero espíritu que Soy.

Gracias a la Vida
y al ramo de bellas flores
que el Universo me regala hoy…

Háblalo…

Si duele, siente

y conecta

con el grito que

ancestralmente

se calló.

Habla tu sentir,

de lo contrario

te separas

de expresar

lo que mañana

expresará

la fibromialgia

o un cáncer

que se unió

con el dolor

que no salió

y se quedó,

bloqueando

el paso,

de tu Paz interior…

Háblalo

y déjalo salir.

La liviandad

te hará ser libre

y vivirás la sanación.

Un basurero en mi planeta…

Recoge con su Luz,
la basura que mi inconsciencia
arroja, a nuestro hogar
el mar…

Una niña retira
el promontorio de desechos
que son letales
para el bosque y su fauna.

Ella tiene sus manos limpias.
No acusa a unos,
ni a otros. Simplemente,
llanamente, sana.

Y al ser pura,
la transparencia aflora.
Su energía es obra
que emana del corazón.

Ella posee maestranza,
mientras nosotros la cegamos
con nuestra absurda forma de enseñar.
Es, un ejemplo a honrar.

Un movimiento de Amor
es el motor que sana las heridas…

¿Sueño o verdad?

Hay una fantasía
que corre por mis venas.
Si algunos la escucharan,
dirían que soy muy soñadora.
Que en este mundo
triunfa la razón…

Entonces, despertaría
el unicornio alado
y llegaría a tu ventana.
Al verle tú,
dirías que es una leyenda
o un cuento de hadas.

Te invitaría a volar,
le aceptarías ir, a ese sueño,
jamás imaginado…
Traspasarían cielos, creencias,
y envuelta en la sutileza
de su piel,

bajarías un instante
para recordarnos que,
había una vez
un unicornio que te invitó
a soñar, la verdad
que en la Tierra no se cree…

Nacer para morir…

Pienso

y siento,

que aquí

se nace

para morir…

Vivo

entre armas

que escupen

saña.

Mi hogar,

de repente

se incendia

en llamas.

Me quemo

y me salvan.

Aprendo

que gana

quien más mata…

La vida

es una guerra,

un asesinato.

Mas cuando oro

y baja el Ángel

sé que Dios

me besa y acompaña.

Luna hermosa…

Abramos los sentidos y reflexionemos bajo la sutileza de esta luna bella que ahora nos refleja, y oremos bajo su brillante Luz, por el planeta y la Naturaleza, para que comprendamos que es con ellas, con quienes hemos de armonizar. Momento especial de introspección, para callar el ruido que no deja vivir la bendición de esta luna tan especial que culmina este 21 de junio.

Luna bella,

tremendamente luminosa…

Tu cara ahora

es tan redonda,

que alcanza a irradiar

su brillo,

hasta en la cueva más oscura.

Luna dulce,

gentil y femenina.

Es esta sinfonía delicada,

la que llama a las hadas

que bajan,

para abrir de par en par

sus bellas alas…

Halo de Dios,

imán del astro Sol.

Luna espejo,

donde la estrella

que acaba de nacer,

recibe el esplendor,

de su Creación.

Así es la Vida…

Dulce y suave,

como la risa

de la niña

que empieza a andar…

Bella,

así como es ella.

Diáfana,

sin doble cara.

Tan espontánea

como surge el colibrí,

justo ahora

que escribo para sí.

Clara,

como el agua que brota

del manantial.

Refrescante a mi sentir.

Así es ella…

Absolutamente pura.

Noble y tierna,

como la enredadera que se abre,

para irrigar su perfume

a jazmín…

Tersa, como la gardenia,

sutil, como la brisa

que en el atardecer

eleva la cometa

de papel.

Bella, así es ella.

Es la Vida

que me envuelve

entre su respirar.

Así es ella,

sublime es su siembra

y la esperanza verde

que se despliega,

para besar al mar…

Había una vez…

Había una vez

un colibrí,

que solía llegar

a la fuente

de mi hogar…

De niña

solía conversar con él.

¿De dónde vienes?

quise saber,

y él, sonrió.

Cada vez

que bajaba al clavel,

le saludaba:

“Eres tú, otra vez…”,

y él, me regalaba miel.

Ah colibrí,

tan dulce y sutil.

Veloz, picas a la flor,

mientras sueño

con que bajes

del clavel o del jazmín,

para que me invites

a volar contigo

donde las hadas

y el bosque,

que encantado está.

Había una vez,

un colibrí tornasol

que bajó de una estrella

y me invitó a volar,

y aquí voy…

Sin niñez…

Niños de miradas

cansadas…

Tiernos y como adultos,

¡Sin niñez!

Con hambre

de ser amados

y a ser sostenidos por brazos,

que no les dejen caer.

Cientos y miles

de huellas son,

las que se graban

en el ardiente pavimento,

que se calienta

aún más,

con la violencia

que cada día se exacerba.

Niñas que sueñan

con jugar…

Niños que trabajan

sin cesar…

Niñez que se expone

entre un caos ahumado

y el ruido estridente,

donde un balazo desperdigado

pueda caer…

Niños pequeños que tiemblan,

y que respiran la pega loca,

para hipnotizar su dolor.

¡Ah demencia!,

la que se apodera del planeta

y que en lugar de protegerles,

no les ve.

El mundo requiere

de gran dosis de Consciencia,

para prohibir que se les trate así.

El planeta grita: “Cuídenles…”.

Mírenles. Acójanles.

Ámenles. No dejen que se sequen,

cuando ellos son fuente de Amor.

Transfórmense,

para que florezca un jardín

 de alegrías, en el que ellos sean

las verdaderas joyas

de la Vida.