De cuenca en cuenca…
El faro de mi Vida es Jesús.
Su manto devela a la estrella
que yace en mi mundo interior…
Ella brilla cual si un tierno sol
y me inspira a hilar en cada caminar
la lección que enhebro en un collar.
De cuenca en cuenca tejo y destejo
los pasos de este recorrido,
que hilvano con la Luz del Maestro.
Algunos son como chispas Divinas,
mientras que otros, sin Luz,
me hacen ver el contraste de vibración.
En el collar de mi vida, hay una perla
que ha quedado cual si broche
que decora. Ella devela la pureza…
mientras que la negra, lo que he de depurar.
¡Bendita sombra que se integra a mi Vida!
Benditas Luz y oscuridad…
Brilla la Vida cual si joya que atesoro,
en ella integro con Amor y con paciencia
la lección que se plasma en dualidad.
Nota sagrada que he de afinar,
para que se torne en una transparencia
y pueda ver en ella, al rostro del Maestro.
Hilvano, tejo y destejo… el hilo es dorado
y al enhebrarlo con gratitud y consciencia,
cada cuenca antes negra, empieza a brillar.
Agradezco, sólo agradezco…
al gran Dios me brinde esta oportunidad
para reivindicar.
Entonces, poco a poco, paso a paso…
cada cuenca se transforma y vuelve un tornasol,
para reflejar el arco iris que ilumina
y que palpita pleno de Amor sin condición.
Así es mi Vida, el hilo conductor es Dios,
y la iluminación la estrella de Jesús.