¿Mi vuelo o aquel peso…?
Ayer te miré,
mas algo en ti
no me agradó…
Había un algo
que no me permitía
mirarte desde el corazón.
La Vida transcurrió
y nuevamente
me expuso ante tí,
y esta vez, me dijo:
“puedes mirarle como ayer,
o desde hoy…”.
Como todo cambia,
solté el ancla
y algo en mí, ocurrió.
Ya mas liviana
sin aquel peso de acero…
seguí a la gaviota,
volé con ella
y por primera vez,
le vi, como se ve.
En él hay una Luz,
que antes no vi.
Y las cadenas que tenía
cuando esto sucedió,
se soltaron.
Y desde ese día
le pido a la gaviota
que sin peso vuela,
que volemos juntas para ver
desde la altura,
a la esencia mía
en cada Ser…