Ven…
Ven,
sin mirar…
Ahora es
con el ojo
de verdad.
En la quietud
me puedes
escuchar.
Sentir el latido
de cada palpitar.
Ven,
sin prisa alguna…
La caricia
que acaricia,
es la risa
que guardas
escondida,
en el cofre
donde tu infancia,
tiene un sabor
a turrón
que sabe a ti.
Ven…
elévate,
para que unidos
preparemos
la esencia
de la gardenia,
que guarda
nuestro aroma.
Ven…
sin prisa.
Mirando con el alma,
para que pueda
encontrarme con tu risa.
Ven…
al edén,
donde el Amor Es
la miel
y tú, el astro.
Tan sólo ven,
y dialoguemos
en la plenitud del Ser,
el lenguaje
de las almas.