VOLVIENDO A SER…

Denuncio, que soy responsable

de la locura que impera

en el planeta Tierra…

De una parte de la guerra

desmedida, donde el ego y la mentira

me han ganado una partida…

Reconozco, que mi vanidad

me ha hecho vanagloriar

lo banal y lo tan superficial.

Que he contribuido a aserrar

al cedro y al noble árbol de roble

donde anidan el tucán y el quetzal…

Bosques enteros he talado,

hogares donde vivía el colibrí

y donde la ardilla moraba tan feliz.

Siembras de odio y de violencia

que he perpetuado, pasos equivocados…

desequilibrio que ha desequilibrado.

Muerte que alimenté, ¡fragmentación!

Crisis que surge porque yo la hago,

Sí, mi ego que se adueña de lo vano.

En fin… que inconsciencia la mía

de alimentar lo que no es Vida,

y de ser parte de esta pesadilla…

El mundo al revés ha de girar a la inversa

y dar vuelta otra vez… ¡Volver a Ser!

¡Sí, eso es! Dejar de hacer, para solamente Ser.

Dejar la egolatría por completo,

fijar la mirada en el vivo ejemplo

de la vida humilde de Jesucristo.

A tus pies me arrodillo

para agradecerte Maestro,

por tu humildad y entrega…

Por Ser el vivo ejemplo

de una vida clara y serena,

sin vicios y austera.

Tu mirada calma,

en medio de la locura que impera

es mi esperanza abierta.

Entre la vanidad mundana,

la lujuria, la ira y la nostalgia,

surge tu Luz Divina.

Del corazón de los cielos, Maestro,

palpita tu amanecer y tu poesía

que se impregna en mi Alma…

para dar cabida a un Nuevo Ciclo

donde el Amor es la tinta

y el verbo, Tú, como el único destino.

Sombras, Divinas oscuridades,

escuela donde aprendo,

que el potencial Luz lo llevo adentro.

Consciencia que madura,

que crece, rayo que transmuta…

sol que en el horizonte ilumina.

Espinas que clavé en tu frente,

sangre que destilan mis pecados,

¡El Salvador del mundo está crucificado!

Muerte que resucita,

semilla sana, santa, pura, sagrada,

el Cristo desde la Cruz me habla.

“Hijos de la Vida, El Padre de los Cielos

os bendice y os recuerda,

que sólo perdonando, seréis perdonados”.

Bendita profecía que nos habla

de una vida nueva que renueva

la voz de Cristo, es Su palabra.

Ternura que baja de los cielos…

Pureza que nos muestra a Dios Padre

Mirada sagrada de Amor sin condición.

Sangre que limpia mis pecados,

acto de contrición, pedir perdón,

redención sagrada, la guerra que se acaba.

Limpieza que purifica mi Vida

Mentiras, vanidad desmedida que se retira

El Cristo mora en mi interior.

“Paz, hijos de la Tierra.

Frutos de Amor, mi bendición os doy,

Padre, Hijo y Espíritu Divino de Dios”.

Amén. Indulgencia que me limpia

e invita a pedir la asistencia Divina

para ser un cordero de la Vida

donde Dios es el rector…

y donde somos las flores de un edén

que ha de tintar el arco iris de  Su Amor.

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